domingo, 20 de octubre de 2013

LA MEMORIA INFANTIL Parte I

DESARROLLO DE LA MEMORIA INFANTIL
La memoria no es más que una función del cerebro. Permitiéndome una analogía y para que se entienda, sería como un programa informático de un ordenador que nos ayuda a guardar archivos de datos, codificándolos y después facilitándonos su recuperación.
No se conoce la capacidad real de nuestra memoria, ya que ésta, además tiene la capacidad de seguir desarrollándose toda la vida. Lo que sí se sabe es que no hay un lugar físico específico en el cerebro sino que se encuentra repartida a lo largo del cerebro.
Hay distintos tipos o formas de clasificarla: auditiva, visual, a corto, largo plazo sensorial, semántica, episódica, declarativa ...
La edad escolar es el periodo donde más se desarrolla la memoria. Conviene pues aprovechar este momento, ejercitándola con ejercicios adecuados y habituarle a emplear métodos de memorización eficaces.
A partir de los 3 años hasta los doce se produce un cambio en la memoria de los niños pero no es realmente un cambio o evolución de la capacidad si no más bien la mejor o peor utilización de la misma. 
Esto hace que parezca determinante el entrenamiento y empleo de estrategias y su entrenamiento. Por lo que es determinante que el niño/a cuente ya a los 3 años con estrategias tales como la repetición u organización de los objetos o sucesos.
Es cierto que existe un condicionamiento a tan temprana edad está muy vinculada la capacidad del niño con la motivación hacia la resolución de la tarea o actividad y su familiaridad.
Es a partir de los 6-7 años cuando ya empiezan a emplear las estrategias con mayor espontaneidad, habilidad y flexibilidad, viéndose por ejemplo que si el niño de 5 años tras ser entrenado podía usar la repetición, ahora la usará de forma espontánea, lo mismo sucederá con las estrategias de organización y agrupamiento, facilitando así el mantenimiento de la información a corto plazo, así como su almacenamiento en la de largo plazo, siendo permanente por tanto y accesible cuando lo requiera el niño/a. Aunque esta segunda estrategia aparecerá a partir de los 10 años, antes si el niño es entrenado.
Con 11 años comenzara a emplear estrategias de más nivel y sofisticadas como ir creando relaciones entre elementos aparentemente inconexos y por ello aparece de forma mas tardía en el desarrollo de la memoria. 
En la memorización influyen numerosas condiciones. Condiciones objetivas o exteriores: el nº de repeticiones, la presentación del material, el procedimiento usado en la memorización, el ritmo, el reposo, la hora del día, la rapidez del aprendizaje.... Condiciones internas: concentración (atención), interés, la comprensión del asunto, la práctica, la actitud, el nº de asociaciones, las impresiones sensoriales.

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