El síndrome de Asperger, debe ser diagnosticado por un especialista. Las familias y educadores podemos prestar atención a determinadas señales que nos pueden alertar de la presencia del síndrome.
- Dificultades para la interacción social y relaciones sociales limitadas. Aunque pueda comunicarse perfectamente y sea capaz de entablar una conversación y de relacionarse. Aparecen ciertas dificultades, sus respuestas son inapropiadas, están fuera de lo habitual y esto provoca que sus relaciones sean limitadas. Tienden a aislarse.
- No muestran apenas empatía con las demás personas. Parecen incapaces de ponerse en el lugar del otro. Su sensibilidad hacia los demás es escasa o nula. No reaccionan cuando ven a alguien llorar o reír, por ejemplo.
- Ausencia de reciprocidad social o emocional. No comprenden el mundo social, se escapa a su entendimiento y esto hace que no respondan recíprocamente ante actitudes sociales y/o emocionales por parte de los demás.
- Dificultad para entender y comprender el mundo que les rodea. Parecen estar ensimismados en su mundo, ajenos a lo demás. No comprenden determinadas acciones sociales, se escapa a su lógica.
- Muy sensibles. Pueden reaccionar molestos ante determinados ruidos, imagines, luz, etc. e incluso situaciones que a otros niños y niñas de su misma edad no les molestarían.
- Pueden mostrar retraso motor y torpeza en sus movimientos. Desarrollan además cierto tipo de movimientos estereotipados a modo de ritual (aleteo de manos, giros de cabeza, etc. ).
- Intereses y actividades restringidas, rígidas, sistemáticas y repetitivas. En ocasiones estos intereses se transforman en obsesiones y rituales fuera de lo común.
- Conductas excéntricas, poco habituales, que ante los demás parecen extrañas.
- Presentan habilidades extraordinarias, como una memoria increíble, capacidad para organizar la información, etc.
- Su nivel intelectual es normal e incluso superior a la media.
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